lunes, 2 de febrero de 2009

STOP a los transgénicos


¿Qué son los transgénicos?
Los organismos modificados genéticamente (conocidos como OMG o transgénicos) son seres vivos que se obtienen mediante la ingeniería genética, que permite crear plantas, animales y microorganismos manipulando sus genes.
Esta tecnología no es una simple extensión de la agricultura tradicional. Al permitir franquear las barreras entre especies, crea seres vivos que no podrían obtenerse en la naturaleza o con las técnicas tradicionales de mejora genética.
Los conocimientos científicos actuales no son suficientes para predecir la evolución e interacción con los otros seres vivos de estos organismos una vez liberados al medio ambiente. Sin embargo, los transgénicos se introducen en nuestra agricultura y alimentación a pesar de sus cada vez más evidentes impactos ambientales, sociales y económicos y sus incertidumbres sobre sus efectos para la salud.

Transgénicos en España

España fue el primer país de la Unión Europea (UE) en cultivar OMG, hace ya nueve años. Todavía hoy sigue siendo el único país que lo hace a gran escala. Su cultivo se ha desarrollado en unas condiciones de absoluta falta de transparencia y control. Nadie sabe dónde se cultivan los transgénicos y los únicos datos son los facilitados por la propia industria biotecnológica. No hay estudios de seguimiento o impacto ambiental de estos cultivos.

En 2007 se cultivaron en España, según los datos de la industria, unas 75.000 hectáreas de maíz transgénico, lo que supone aproximadamente un 20% de la superficie total de maíz. Mientras, otros países de la UE, como Grecia, Hungría, Austria o Polonia decidieron aplicar el principio de precaución y prohibir los transgénicos en su territorio.

La experiencia con los transgénicos ha confirmado que, una vez que se libera un ser vivo al medio ambiente, es prácticamente imposible de controlar. Si se planta un campo de maíz transgénico cerca de un campo de maíz convencional, el polen pasará de un campo a otro, contaminando el maíz convencional.

La imposible coexistencia entre los distintos tipos de agricultura (convencional, ecológica) con los cultivos transgénicos se agrava en España debido a la ya mencionada ausencia de transparencia y control:

No existe un registro público de cultivos transgénicos, que si recoge la normativa europea y el gobierno decidió ignorar al adaptarla a la legislación española. No hay forma de que los agricultores sepan si sus vecinos cultivan transgénicos, para tomar las medidas adecuadas para no verse contaminados.

No existe un sistema de responsabilidad que haga cumplir en el caso de los transgénicos la premisa de “quien contamina paga”. Actualmente, quien acarrea con los costes de la contaminación es el agricultor que la sufre, y no el agricultor que los cultiva ni las empresas multinacionales que los venden.

No existe un adecuado e implementado sistema de trazabilidad, que asegure que las cosechas transgénicas y no transgénicas no se mezclen durante la cosecha, almacenado, procesado, etc.

No se realiza seguimiento del impacto ambiental, social, económico o agronómico de la introducción del maíz transgénico en nuestro país.

Por lo tanto, se produce contaminación de los productos no transgénicos a lo largo de toda la cadena productiva: en las semillas, en los campos, en el momento de la cosecha y almacenamiento, en el procesado.

¿Cuáles son los problemas con estos cultivos?

La propia Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, reconoció en febrero de 2007 que los transgénicos: “Nunca han aportado estudios de impacto ambiental ni garantías sobre la salud de los consumidores.” Sin embargo, se permite su presencia en nuestros campos y en nuestra alimentación.

Sus impactos sobre el medio ambiente están cada vez más documentados: contaminación genética de especies silvestres, reducción de la biodiversidad o aparición de resistencia a herbicidas en malezas e insectos. Multitud de estudios e informes confirman además el fracaso de esta tecnología en la agricultura. No han aportado beneficios ni para el consumidor ni para el pequeño agricultor, presentan rendimientos menores o en el mejor de los casos equivalentes a los de las variedades no transgénicas y en general han provocado un aumento del uso de productos químicos como pesticidas o herbicidas en el campo. Además, continúan sus incertidumbres sobre la salud.

¿Los ciudadanos quieren alimentos transgénicos?

La oposición a los alimentos transgénicos se mantiene a pesar del intenso esfuerzo en propaganda por parte de las multinacionales y muchas autoridades europeas y españolas. El Eurobarómetro de 2006 de la UE revelaba que la mayoría de los europeos piensa que los alimentos transgénicos “no deberían ser promovidos”. La encuesta concluye “los alimentos transgénicos son percibidos como inútiles, moralmente inaceptables, y como un riesgo para la sociedad”. En España, el barómetro del CIS de septiembre de 2006 desveló que los OMG eran la principal preocupación de los españoles en relación a la alimentación.

¿Qué pasa en Aragón?

Aragón es la región con mayor superficie de cultivos transgénicos de toda la UE. En 2007, y siempre tomando los datos facilitados por la industria no contrastados por ninguna administración, se cultivaron 35.860 hectáreas de maíz transgénico.

No se conocen estudios ni seguimiento del impacto ambiental de estos cultivos o su rendimiento agrícola. Una de las consecuencias más inmediatas de la introducción de estas tecnologías en el campo ha sido la práctica desaparición del cultivo de maíz ecológico. En 2006 había en Aragón apenas 30 hectáreas de maíz ecológico, una superficie que se había reducido un 42% en tan solo dos años.

Estos años de experiencia nos muestran que los transgénicos son incompatibles con cualquier otro tipo de agricultura, ya sea convencional o ecológica. Es hora de elegir entre un modelo agrario basado en tecnologías inseguras, con alto impacto ambiental, y controlado por unas pocas multinacionales o una decidida apuesta por una agricultura social y ecológica, que genera empleo en el medio rural y tiene un alto potencial de crecimiento.

1 comentario:

  1. Os recomiendo un enlace interesante de la Universidad de Madrid sobre la agrobiología en la Unión Soviética:
    http://www.ucm.es/info/nomadas/trip/lysenko.html
    Un saludo

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