En mayo de 2004, la Comisión Europea levantó su moratoria al reanudar las aprobaciones de nuevos OMG después de cinco años de paralización. En contra de la opinión de la mayoría de los ciudadanos europeos y sin contar con el apoyo de los Estados Miembros, la Comisión ha autorizado varios transgénicos para su importación, y está tramitando la aprobación de nuevos cultivos, como la patata transgénica.
Frente a esta imposición, la resistencia a los transgénicos ha ido creciendo, llevando a que consumidores, agricultores y ecologistas promuevan la declaración de zonas libres de transgénicos. La idea fundamental es que las autoridades locales y regionales están mucho más cercanas a las preocupaciones de los ciudadanos, por lo que deben tener la última palabra sobre el cultivo de OMG en su territorio.
En toda la Unión Europea, unas 200 regiones y más de 4500 municipios se han declarado libres de OMG. En España, el País Vasco, Asturias, y los Consejos insulares de Menorca y Mallorca han seguido el mismo camino, junto con 35 municipios como Palencia o Albacete.
¿Por qué declararse municipio libre de transgénicos?
Los municipios y regiones rechazan los transgénicos para mantener la calidad de sus alimentos y mantener sus peculiaridades agrarias y sus variedades locales o adaptadas a las condiciones de la zona. Se trata también de evitar los riesgos y daños para la salud y el medio ambiente que supone la liberación de OMG, aplicando el principio de precaución y de respetar la voluntad de los ciudadanos que rechazan de forma mayoritaria los alimentos transgénicos.
¿Qué implica declararse municipio libre de transgénicos?
La legislación española no recoge la figura de zona libre de transgénicos, que si existe en otros países. La declaración de un municipio es un método de presión para exigir el derecho de las autoridades locales a decidir si quieren cultivar transgénicos en su territorio.
Esta declaración, aprobada por el pleno del ayuntamiento, incluye otras medidas a adoptar por el municipio. Algunas de las medidas adoptadas por los municipios son garantizar que en los establecimientos dependientes del ayuntamiento no se expendan alimentos que contengan OMG, promover que los establecimientos privados de venta de alimentos del término municipal no sirvan ni vendan alimentos transgénicos, informar a los agricultores y consumidores de su municipio, participar de forma activa en las redes europeas de regiones libres de OMG, instar al Gobierno Autonómico a que se declare libre de transgénicos, etc.
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